Si llevas tiempo en una dieta estricta y haciendo ejercicios diariamente y no ves ningún cambio, es momento de que eches una mirada a lo que estás haciendo mal. Aquí te mostramos varias razones por las que no bajas esos kilitos demás.
Te recompensas demasiado
Típico que después de que pases horas en el gym al llegar a casa comas como recompensa tirando por el desagüe todo tu esfuerzo. Normalmente sobreestimamos las calorías que quemamos haciendo ejercicios y terminamos comiendo más de lo que perdemos.
No duermes lo suficiente
No dormir lo suficiente minimiza los beneficios del ejercicio ocasionando que ganes peso. La perdida de sueño no afecta únicamente al desarrollo y la calidad de ejercicios, también reduce el metabolismo, aumenta las ganas de comer y aumenta el estrés, quien contribuye en parte al aumento de peso.
Sigues tomando bebidas azucaradas
Si llevas una dieta balanceada y no ves cómo estas subiendo peso, deberías estar presente en las bebidas que tomas. El alcohol tiene muchísimas calorías, pero deberías ver cuantas aportan los jugos, batidos, sodas y bebidas calientes.
No calculas bien la cantidad de comida
Para llevar una buena dieta tienes que racionar bien los alimentos entre comidas. Si estás comiendo tres veces al día y aumentas la cantidad en cada una, estarás ingiriendo como 6 o más comidas diarias, así que presta atención a la distribución.
Comes muy poco
A diferencia de la anterior, es probable que no estés perdiendo peso porque no ingieres una cantidad de comida saludable. Si tu cuerpo no recibe suficiente comida, entrará en modo de inanición, esto ocasiona que el organismo se ralentice y no queme calorías.
No eres constante con la comida
Si entras en una dieta debes mantenerla para ver los resultados. Si un día comes poco y al siguiente mucho, esto ocasionará trastornos en tu metabolismo y tu cuerpo acumulará más la grasa.
Repites los mismos ejercicios
Normalmente una se acostumbra a realizar la misma rutina una y otra vez, esto puede llegar a ser aburrido haciendo que pierdas la motivación y renuncies a los ejercicios. Para evitar eso deberás variarlos y diminuir la intensidad. Recuerda que a medida que tu cuerpo realiza una misma actividad se vuelve más eficiente haciendo que no queme tantas calorías como antes. La clave es variarlos.
En realidad no necesitas perder esos kilos
Con la cantidad de personas intentando tener un cuerpo irreal, es probable que tú no necesites perder peso y tengas uno sano y saludable. Deberías preguntarte de honestamente si en verdad necesitas perder peso, de no ser así dile adiós a tu dieta y solo enfócate en los ejercicios para tonificar tus músculos.
No sabes cuál es tu grasa corporal
Es normal obsesionarse con cuanta grasa corporal haz ganado o perdido. Puedes averiguar cuál es tu peso ideal pero no existe una forma que te indique cuánta grasa y agua te sobra o el paso de los músculos. Por lo tanto esa “grasa corporal” no representa una verdadera. Recuerda que ganar musculatura puede ralentizar la pérdida de peso, o también lo puede hacer la retención de líquidos.
¿Problemas médicos?
Existen varios problemas que pueden impedir que bajes peso, como problemas de tiroides, hormonales u otra patología médica que podría hacer que ganes peso o te cueste bajarlos. Consulta con un doctor sobre tu dieta para ver si no sufres de una alergia alimenticia que puede también ser causantes de no bajar esos kilitos.
Fuente: eme De Mujer
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